PRÁCTICA 15. ¿QUÉ HEMOS APRENDIDO? (Optativa)

La existencia, he pensado siempre, es un constante aprendizaje. Cada buena experiencia es adalid de algo mucho mejor por llegar, pero cada mala vivencia o, simplemente, un tanto peor, es constitutiva de un proceso de crecimiento como nunca hubiéramos imaginado. Es 28 de mayo. Sin embargo, jamás me han gustado los números pares, de modo que desearía pensar que esta entrada está escrita el 27 de mayo de 2024, día o, mejor dicho, tarde, en la que llegamos al final de la asignatura “Investigación, innovación uso de TIC en la enseñanza de lengua y literatura”, impartida por José Rovira y Sebastián Miras en la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante.

No querría comenzar los parágrafos que seguirán sin aludir primeramente a la presentación de la serie de Juego de Tronos con todos los nombres de mis compañeros y compañeras de clase. Por motivos específicamente personales, la introducción de esta serie es muy especial para mí desde hace apenas un par de años, cuando tuve ocasión de verla completa en compañía de una de las personas más importantes de mi vida. De tal modo que, debo confesar, me ha resultado imposible visualizar la presentación, con esa poderosísima banda sonora, sin esfuerzo por contener las lágrimas. Además, el hecho de que figuren todos los nombres de mis compañeros y compañeras pone símbolo absoluto al final de este recorrido en INVTICUA24, que comenzó la tarde del 26 de febrero de 2024.

Recuerdo que, en aquella ocasión, el profesor Rovira realizó una fotografía de todo el grupo-clase a nuestras espaldas, significando el inicio de un camino que todos y todas compartiríamos bajo la etiqueta de Twitter, o X, #INVTICUA24. Quienes me conocen, saben que no he sido nunca una persona muy afín a las nuevas tecnologías, y no porque me parezcan tediosas o incomprensibles, sino porque siempre he sentido miedo de los cambios y, quizá, de los avances en cuyo tren no me pueda subir por inexperiencia. Empecé este Máster con ese miedo, tal vez. Con el temor de una persona de 31 años, ahora 32, que hace mucho tiempo dejó de estar en clase como alumna. En esta profesión, somos estudiantes durante toda nuestra vida, ¡y bendita vida estudiantil! Es lo más hermoso de nuestra labor profesional: que el aprendizaje es ese rayo que nunca cesa.

Como digo, no obstante, yo inicié esta nueva etapa de mi vida con no pocos temores, algunos de ellos atroces, como el volver a presentarme a un examen después de años ensimismada en el proceso de redacción de mi tesis doctoral, período que no me gusta recordar con demasiada frecuencia por su dureza y soledad. También incomprensión. La temida página en blanco siempre vigente y vigilante. Con el decurso de los meses, fui habituándome a mi nueva realidad y la vida académica volvía a ser cálida y acogedora. La Universidad no tiene por qué ser un lugar frío e impersonal, he pensado siempre. El 26 de febrero comenzaba un nuevo camino de esta etapa con una asignatura que, debo referir, siempre me dio un poco de miedo. (Sí, los miedos son una constante en mi existencia).

Ya he expresado que nunca he sido una persona afín a las nuevas tecnologías y sentí temor ante los términos que estaban empleándose en el aula: Twitter, hilos, blogs, Inteligencia Artificial, ChatGPT… No sabía si sería capaz de cogerme a alguno de los múltiples vagones de este innovador tren. Pero, tal y como he comenzado diciendo en el inicio de estas líneas, la vida es un aprendizaje. Aprendemos a través del camino y este se hace y se forja al andar. Recuerdo la indecisión ante el que sería mi primer tweet, o tuit, de la asignatura. Rovira, sin embargo, me inspiraba esa confianza de la reconexión con la vida de estudiante, pues todavía recuerdo y recordaré siempre las clases de su padre, José Carlos Rovira, en el Máster de Estudios Literarios, y cómo insufló en mí el amor por la poesía del vate chileno Raúl Zurita. Todo mi amor está aquí y se ha quedado pegado a las rocas, al mar, a las montañas. Cuántas veces me habré preguntado, acaso, dónde se ha quedado pegado mi amor. Quizá a los pupitres, a las puertas de un aula que se abren y se cierran, a las voces lejanas de docentes que han sido auténticos maestros en el periplo de aprendizaje que porto a la espalda de los años.

La cuestión fundamental es que, con el decurso de las clases, fui sintiéndome integrada en aquella nueva terminología y Twitter se convirtió en una herramienta esencial de comunicación con el mundo, con mis profesores y con mis compañeros y compañeras. También tuve miedo cuando subí mi primera práctica en el blog que he compartido con cinco estudiantes más (Esther Soro, Julen García, Lidia Castillo, Noemí Munera y Mateo Gandía): El código Da VinTIC. Barajamos diversos nombres, pero mi compañera, Noemí Munera, acertó de pleno al proponer esta designación. He sentido este espacio, el de nuestro blog, como algo íntimo donde cada uno de nosotros y nosotras ha ido aportando un pedacito sustancial de sí. No se ha tratado de prácticas meramente concernientes a contenidos teóricos, sino que también han constituido un serial de aportaciones personales al conjunto infinito de prácticas en el universo de la Didáctica de la Lengua y la Literatura (DLL). Las clases de DLL me han proporcionado herramientas valiosas y una perspectiva renovada sobre la enseñanza. Además, abordar el cómic, las biografías literarias ilustradas o los juegos de mesa como auténticos instrumentos para el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula de Secundaria ha constituido un hito pedagógico que he apreciado enormemente.  

Es lunes, 27 de mayo de 2024 y este recorrido de la mano de José Rovira y Sebastián Miras llega a su fin. La docencia ha sido desde siempre mi pasión, pero cuando comencé este camino en el Máster de Profesorado no sabía que, al término, lo sería todavía más. Las constelaciones literarias multimodales han constituido una labor ardua, pero enriquecedora. Rafael Alberti, Maruja Mallo, Concha Méndez, María Zambrano, Vicente Aleixandre, Carmen Conde, y Luis Cernuda nos han acompañado en esta clase final, en un momento realmente emocionante en el que hemos podido recorrer las trayectorias vitales y literarias de estos autores y autoras. Gracias a todos mis compañeros y compañeras por la experiencia de vivir el desarrollo de cada clase a su lado y por el apoyo incondicional en el decurso de este Máster. Gracias, José y Sebastián, por cada enseñanza y por imbuirnos plenamente de las innovadoras metodologías que pueden aplicarse en la DLL, por mostrarnos lo hermosa que es nuestra profesión. Por quitarme el miedo.

Comentarios

  1. Muchísimas gracias por tus palabras, compañera. Espero pronto compartir asignaturas, estudios o un rato por la facultad. Los materiales de evaluación los traje impresos, te los paso un día. Allí citamos a otro maestro: "El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti..." me alegro que lo hayas superado. Como dice Zurita: "Sin pena ni miedo".

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    1. Ay, José, no había visto tu comentario. ¡Muchísimas gracias a ti por todo! Me encanta la cita y, en cuanto a Zurita, ese «Ni pena ni miedo» es unos de mis mantras. Por supuesto, compartiremos momentos por la facultad y seguiré aprendiendo de vosotros. ¡Gracias INVTICUA24!

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