PRÁCTICA 15. ¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?
En la asignatura de innovación y uso de las TIC en el máster de formación de profesorado, se ha resaltado lo importante que es integrar herramientas digitales en el aula de secundaria. Esta integración no puede ser al azar, sino que necesita un criterio claro para evaluar su utilidad y funcionalidad. No todas las herramientas digitales son adecuadas para todos los contextos educativos, y su efectividad depende de varios factores, como los objetivos pedagógicos, el perfil del alumnado y la intención del docente. Por ello, es fundamental que el profesorado desarrolle la competencia digital. Si los docentes no tienen un buen nivel de habilidades digitales, será muy difícil que puedan integrar eficazmente estas herramientas en su enseñanza ya que son los docentes los que deben actuar como mediadores entre las TIC y el alumnado. Desarrollando de forma correcta esta competencia los docentes podrán seleccionar, adaptar y utilizar las herramientas digitales que mejor se ajusten a los objetivos educativos y las necesidades de sus estudiantes.
Algo que me gustaría destacar es
que aunque se ha avanzado mucho en la incorporación de las TIC, en la educación
su uso sigue siendo muy innovador y todavía estamos descubriendo todo su
potencial. Queda mucho por aprender sobre cómo estas herramientas pueden
transformar la enseñanza y el aprendizaje. Por eso, es crucial ser cuidadosos
con la manera en que se introducen estas tecnologías en el aula y seleccionar
con atención las herramientas que se van a utilizar ya que no todas las
aplicaciones son adecuadas para todos los contextos y su uso debe ser bien
pensado y planificado. A pesar de que las TIC pueden ser una herramienta
de apoyo, los docentes debemos de tener claro que estas no pueden convertirse
en el centro del proceso de aprendizaje. Las TIC deben ser un complemento que
enriquezca y facilite la enseñanza, sin desplazar las metodologías
tradicionales que también son muy valiosas y sobre todo, sin desplazar ni
opacar la figura del profesor. Por ello, es esencial encontrar un equilibrio y
asegurarse de que las TIC apoyen y mejoren el aprendizaje, en lugar de
dominarlo o distraer de los objetivos educativos fundamentales.
Por otro lado es interesante
reflexionar sobre el uso del cómic como herramienta pedagógica en las clases de
lengua y literatura. El cómic combina texto e imagen, lo que puede facilitar la
comprensión y el interés de los estudiantes por los contenidos literarios. Su
estructura visual y narrativa puede ayudar a los alumnos a desarrollar
habilidades de lectura crítica y a entender mejor la secuenciación de eventos y
el desarrollo de personajes. El cómic también puede ser una herramienta de
apoyo para motivar a los estudiantes, especialmente a aquellos que pueden
sentirse menos atraídos por los textos tradicionales (como es el caso de la
mayoría de adolescentes). Al incorporar cómics en el aula, los docentes pueden
conectar con los intereses de los alumnos y hacer que la literatura sea más
accesible y atractiva. Además, el análisis de cómics puede fomentar la
creatividad y la expresión artística de los estudiantes, permitiéndoles
explorar temas literarios de una manera más dinámica e interactiva.
En resumen, tanto las TIC como
herramientas tradicionales como el cómic pueden ser recursos eficaces en la
educación si se utilizan con criterio y reflexión. La tecnología debe
complementar el proceso de aprendizaje, sin reemplazar las metodologías
tradicionales que también son fundamentales. La clave está en encontrar un
equilibrio y usar estratégicamente todas las herramientas disponibles para el
docente, creando así un entorno de aprendizaje enriquecedor y efectivo. Como
dijo Jean Piaget, "El objetivo principal de la educación es crear personas
capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente de repetir lo que otras
generaciones hicieron."
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